domingo, 26 de marzo de 2017

CUATRO EJEMPLOS DE ORGANIZACIÓN NACIONALISTA...

No existen estructúras mágicas que funcionen en todas las circunstancias y aseguren la supervivencia de una organización, mucho menos su victoria, pero pero sí distintos tipos de estructuras de las que pueden aprenderse ejemplos a seguir. La mejor estructura es aquella que se mejor se ajusta al mundo real que te rodea.


Cuatro textos que propongo discutir
Un teórico del nacionalismo, Venner; un escritor que llegó tarde a la política (si es que llegó), Mishima; un grupo de activistas que pensaban a medida que actuaban, Ordre Nouveau; un grupo legal y sin embargo celular de Estados Unidos, la National Alliance; y, finalmente, un guerrillero que tuvo que aprender a organizarse para no morir en el intento, Tom Barry. Cada uno de ellos cosas que enseñarnos. No ejemplos a seguir a ciegas pero sí lecciones a partir de las que tomar nuestras decisiones.

El teórico nacionalista
Dominique Venner fue un historiador y escritor francés, y una de las grandes influencias ignoradas del nacionalismo revolucionario español.
En ese texto Venner pronostica e indica el camino que seguirán los grupos nacional revolucionarios franceses de las décadas del sesenta y el setenta, propone la creación de una organización de combate monolítica y jerarquizada que agrupe a todos los nacional revolucionarios, aboga por la especialización del trabajo militante, y traza sobre todo una línea divisoria entre lo que él llama nacionales —término que en Francia define a una larga serie de personalidades independientes más o menos católicas, más o menos de derechas o incluso de centro, no gaullistas—de los nacionalistas, término que tal y como él lo emplea se corresponde al concepto español de nacional revolucionarios. Ese documento es el plan maestro a partir del que se construiran las alternativas nacionalistas en Francia durante largo tiempo y dada la influencia que el nacionalismo revolucionario francés ha tenido en España pueden encontrarse ecos del mismo en numerosos programas y alternativas de trabajo propuestas por Nrs españoles que ni siquieran conocen el mismo.

Fragmentos
En el origen del combate nacionalista, la dispersión de iniciativas y la debilidad de los medios iniciales habían concentrado en una pequeña cantidad de militantes la totalidad de las tareas. Lo que fue necesario durante una primera etapa se convierte en catastrófico cuando la organización se desarrolla. Algunos hombres orquesta se ven aplastados por innumerables actividades, tan necesarias las unas como las otras. En torno a ellos se adquiere la costumbre de dejárselo todo.
Por temor a ver una tarea ejecutada mediocremente por un nuevo titular el hombre orquesta continua haciéndolo todo él mismo. El espíritu de iniciativa desaparece y, con el mismo, las ganas de acción. Militantes valiosos se ven relegados al papel de masa de maniobra; pierden la fe y el entusiasmo.
En este estadio artesanal, todo el mundo debe saber de todo y nadie está a cargo de nada concreto. Las aptitudes personales de los militantes son ignoradas. El trabajo artesanal conlleva una extraordinaria perdida de energía y cualidad. Así se ha visto a un excelente periodista económico, muy conocido en Estados Unidos, encargado de repartir circulares del OAS en las oficinas de correo. Fue arrestado en el curso de una de esas operaciones que jóvenes partidarios, estudiantes, hubieran podido realizar en su lugar, mientras que nadie podía reemplazarlo en su especialidad allá donde su utilidad hubiera debido ser evidente. El hombre orquesta desbordado como el militante inutilizado se unen en un mismo sentimiento de ineficacia y desagrado. Tanto uno como el otro tienen conciencia de girar en el vacío. Hay una cantidad suficiente de militantes probados como para que la organización futura rechace ese trabajo artesanal que conllevaría su asfixia.
* * *
División del trabajo y centralización
La variedad de las actividades de la Organización, la diversidad de los medios que debe penetrar, el carácter a la vez visible e invisible de la lucha, imponen una división del trabajo que debe ir, en algunos casos, a la compartimentación. Este fraccionamiento por áreas de actividad, confiadas a responsables probados, se acompaña lógicamente de un mando único y centralizado en lo alto.
En el interior de cada área de actividades, la división del trabajo y la especialización de los miembros deben practicárse igualmente. Las organizaciones locales deben poder consagrarse con el máximo de eficacia a la acción, la centralización y la especialización de las tareas deben permitirlas esa posibilidad. Por tomar un ejemplo, el de la propaganda, más capaz de facilitar rápidamente un material adaptado a los grupos que las iniciativas artesanales, impotentes para luchar contra la propaganda contraria. Para sus militantes, la organización debe estar presente en todas partes, incluso entre el enemigo. La presencia de militantes en ciertos mecanismos económicos o administrativos puede ser de una utilidad infinitamente superior a su participación como simples maniobras en las actividades de un grupo de acción. La lucha no es única en sus formas. Es por eso que la división del trabajo debe ser aplicada igualmente en el escalón de las organizaciones locales. Los miembros deben de ser elementos activos del trabajo común, responsables de tareas precisas y no simples ejecutantes. Bajo estas condiciones se formarán militantes eficaces, organizadores, cuadros de mando.
Para una crítica positiva. Dominique Venner



El esteta como organizador político-militar
Yukio Mishima es la antitesis de Venner. Venner fue un político que acabó en el mundo de la literatura, Mishima un escritor, varias veces sonó su nombre como posible ganador del Premio Nobel, que entró en algo parecido a la política. Dos cosas destacan de estos párrafos... la más evidente, el amor a los uniformes, es sin embargo la menos importante. La más importante es el hecho de que para entrar en su grupo hacía falta pasar por una serie de pruebas físicas y un examen, así como el hecho de que su creador había decidido desde el mismo principio limitar su número en busca de la excelencia.

Tatenokai
La sociedad de los escudos que he formado está compuesta por menos de cien miembros, no dispone de armas y es el ejército más pequeño del mundo. A pesar de acoger a nuevos miembros todos los años, he decidido no superar los cien afiliados, pues no deseo mandar a más de cien hombres. No se les paga nada. Sólo se les proporciona un uniforme estival y otro invernal, birretes, botas y un uniforme de combate. Este último es extraordinariamente vistoso y fue diseñado por Tsukumo Iragashi, el único estilista japonés que creó uniformes para De Gaulle. La bandera de nuestra Sociedad es simple: un blasón rojo sobre seda blanca. Yo diseñé personalmente nuestro emblema, que consiste en un círculo que encierra dos antiguos yelmos
japoneses. El mismo dibujo aparece en los birretes y en los botones. Para ser miembro de la sociedad de los Escudos es conveniente ser estudiante universitario. Ello obedece a una razón bastante obvia: se es joven y se dispone de tiempo. Quien trabaja no puede concederse arbitrariamente largos periodos de vacaciones. Para ser admitido en la Sociedad se requiere además cumplir un mes de ejercicios militares en un regimiento de infantería del Ejército de Defensa y luego aprobar un examen.
Una vez convertido en miembro de la sociedad, se participa en una asamblea mensual donde se consagra a alguna actividad encomendada a grupos de diez; al año siguiente se pasa un nuevo periodo de adiestramiento en el Ejército de Defensa. Actualmente, los miembros de la Sociedad se están ejercitando para la marcha que se llevará a cabo sobre la terraza del Teatro Nacional el 3 de noviembre. La Sociedad de los Escudos es un ejército preparado para intervenir en cualquier momento. Es imposible prever cuándo entrará en acción. Tal vez nunca. O tal vez mañana mismo. Hasta ese momento, la Sociedad de los Escudos no cumplirá ningún otro cometido.
Tateno kai (La sociedad del Escudo).Yukio Mishima


Ordre Nouveau: práctica cotidiana y la militancia juvenil 
Ordre nouveau fue un grupo nacional revolucionario francés que transformó en gran parte la estética del nacionalismo revolucionario europeo en la década del setenta. Creado en noviembre de 1969 por un grupo de veteranos del disuelto movimiento Occident, respaldados por la organización universitaria GUD (Grupo Unión y Defensa o Grupo Unión y Derecho según el momento), el grupo enlazó con el nacionalismo francés de entreguerras con la presencia de François Brigneau, con el combate por la Argelia francesa y con los incidentes de Mayo del 68, en los que participó activamente Occident, su antecedente más inmediado. Recien fundado el grupo se le ofreció a Dominique Venner un puesto en su directiva, que este rechazó. ON se caracterizó por su capacidad para la improvisación, tardó meses en tener un local propio—se reunían en una brasseria—, funcionó sin tener prensa durante su primer año y sus primeros cárteles incluyeron el apartado de correos de otro movimiento político, que se lo prestó. Hay sin embargo elementos dignos de ser considerados dentro de su experiencia.

Como estaba organizado Ordre Nouveau
A pesar de su pretensión de presentarse como un “verdadero” partido político con la vocación de reunir a adultos, Ordre Nouveau no puede esconder que es, ante todo, un movimiento juvenil. Los mayores de 20 años siempre serán excepciones dentro del movimiento. Su estructura está compuesta por universitarios y, cada vez más, de estudiantes de instituto. La irrupción de los estudiantes de instituto en la vida militantes no es específica de ON. El izquierdismo conoce el mismo fenómeno. A menudo evocada, la simetría entre extrema izquierda y ON se convierte en algo real. Los estudiantes que vienen al nacionalismo como reacción contra el lavado de cerebro marxista tienen pese a todo su marca. Numerosos son los del 68 que a fin de cuentas, todo considerado, se sienten más cómodos del lado de la cruz céltica que de la estrella roja. Esos transfugas traen a ON formulas militantes, formas de ser, un cierto lenguaje. La influencia de François Duprat hace el resto. Es él quien introduce en ON la práctica de la autocrítica, con un grado desconocido hasta entonces entre los nacionalistas. Si frente al exterior, la propaganda de ON insiste en un cierto tipo de autoglorificación extrema, los análisis difundidos internamente carecen de complacencia. El boletín interno del movimiento comenta en estos términos el mitín del 13 de mayo de 1970. “Es verdad que la mayor parte de las intervenciones han sido demasiado nostálgicas. Efectivamente, era poco útil hacer un martirologio durante cuarenta minutos de los depurados de 1945, lo mismo con los tribunales de excepción de 1962. Pero hay cosas más graves: algunos excesos verbales, algunas llamadas a la violencia o incluso al asesinato, fueron inútiles no tan solo peligrosos. Los oradores eran demasiados y algunos hablaron demasiado tiempo. El mitín ha sido demasiado largo (acabo a las 0,30 horas)”.
Igualmente interesante, esta nota comunica a los jefes de sector tras las manifestaciones organizadas en diciembre de 1970 en París como protesta contra la represión de los alzamientos obreros que se producen en aquel momento en Polonia. Reunidas de boca a oreja, son un gran éxito: “La manifestación del viernes 19 a reunido trescientas personas del movimiento, más cien extras. Se puede estimar en unas setecientas personas las que participaron en la del lunes 22. Había una proporción demasiado grande de jóvenes en la manifestación”. Si Occident consideraba la juventud de sus efectivos como una oportunidad, ON tenía tendencia a sufrirla como una maldición.
[…/...]
Hasta junio de 1972, el movimiento permanecerá obstinadamente unido al principio de colegialidad. Las poderosas personalidades de François Duprat y Alain Robert dominan la gestión de los asuntos diarios, pero no se trata de tomar decisiones importantes sin consultar a los veteranos de la oficina política, François Brigneau et Gabriel Jeantet (que fue uno de los padrinos de Miterrand para la concesión de la Francisca). Las tendencias no tienen derecho a existir en ON. Se discute mucho, se confrontan opiniones, a veces con dureza, pero la línea general debe aplicarse a todos (entre los comunistas eso se llama centralismo democrático). Lo monolítico del movimiento y el cuidado con que afirma su diferencia se traducen con una línea gráfica de una coherencia extrema. Carteles, folletos, titulares de la prensa y pancartas se caracterizan por un grafismo peculiar que será retomado por los movimientos nacional revolucionarios de toda Europa.
Ratas negras. Autores varios


El raro ejemplo norteamericano: National Alliance
Al contrario que con los otros ejemplos no tenemos muestras de literatura propia de este grupo acerca de sus métodos organizativos, sin embargo el único grupo NR estable y digno de estudio, al menos de forma positiva, de las últimas decadas en Estados Unidos. Trabajando en el corazón de una cultura cada vez menos europea, NA estructuró una organización a un tiempo legal y semiclandestina, que insistía sobre todo en la disciplina interna y, mientras vivió su líder, funcionó bastante bien entre los años 1974 y el 2002. Hay muchas cosas que aprender de un ejemplo tan aparentemente exótico para un partido europeo como puede ser una organización norteamericana. La primera lección es aprender a madurar. El grupo nació como grupo juvenil pero se convirtió en partido adulto y cuando lo hizo cambió en tipo y nombre de sus publicaciones, pasó de tener un tabloide de grandes titulares y cabecera agresiva a tener una revista del mismo formato que Time o Newsweek, y realizó la misma puesta al día en todos sus emblemas, banderas y lemas, sin cambiar su orientación.
En la década del sesenta, William Luther Pierce, fundó su propia organización tras haber pasado por varios grupos folklóricos que insistían en vivir en la década del treinta, y haber visto de cerca el fracaso de la vía electoral a traves de su participación en la campaña de George Wallace, ex-gobernador de Alabama y el candidato demócrata segregacionista a la presidencia de Estados Unidos. El grupo existió inicialmente como grupo juvenil, National Youth Alliance y después como partido político.
Varias cosas separaron ese grupo de los numerosos grupos similares aparecidos en Estados Unidos.

Propaganda: Ante todo la calidad de su propaganda. Después de publicar una revista formato tabloide, ATTACK!, en la época de la NYA la National Alliance tuvo una revista de formato mensual, National Vanguard, bien ilustrada, escrita y revisada por un equipo de universitarios, que unió artículos cientificos e históricos junto a análisis políticos, todo con una presentación claramente profesional.
La National Alliance creo uno de los primeros webs nacionalistas de Estados Unidos, adoptó todos los nuevos medios de comunicación apenas aparecieron, compaginándolos con los más tradicionales. Revistas, flyers, un boletín interno—que se llamó primero Action! y después, mássobriamente, National Alliance Bulletin—, junto a juegos para computadora especialmente creados por el grupo.
Pierce comprendió rápidamente el poder potencia de las nuevas tecnologías a medida que estar surgían y las adoptó a medida que aparecían. En una entrevista con una revista juvenil, Barbarian, Pierce declaró: “Nuestro objetivo es contruir el mejor instrumento educativo que podamos para alcanzar y educar a nuestro pueblo. Queremos ser capaces de expresar nuestro mensaje a través de cada medio que podamos emplear efectivamente y comunicarlo de forma continuada a todo nuestro pueblo.”
Su propaganda era a la vez flexible en los medios, dando bastante autónomia en cuanto a estos a sus responsables regionales y locales y controlada en cuanto al contenido. Así uno de sus miembros patrocinó un coche de carreras en competencias locales de Carolina del Norte, otro colocaba mesas en ferias renacentistas donde vendía discos que mezclaban música medieval o renacentista con canciones folk de contenido nacionalista. Y sin embargo existía una disciplina en el mensaje. William Pierce exigía que todo material de propaganda le fuera mostrado y fuera aprobado por el partido antes de su publicación. Eso permitió impedir la aparición de sectas dentro del grupo central, dio coherencia al trabajo a nivel nacional y mejoró la imagen del grupo a nivel nacional.

Estabilidad económica y Presencia en el mundo real: Pierce y NA crearon una distribuidora de libros a partir de una base central física real, no un apartado de correos, un enclave de 346 acres en Virginia Occidental, con almacenes, salas de conferencias, un centro editorial. Ademàs varias empresas dedicadas a la música juvenil, su propia marca de ropa y accesorios.
En el momento de morir Pierce el grupo tenía presencia en treinta estados y 1500 miembros, lo que puede parece poco para un país del tamaño de un continente, como es el caso norteamericano, pero supera a la mayor parte de los grupos similares.
Los miembros estaban organizados en unidades o, allá donde había muy pocos, proto-unidades de tipo celular. Los miembros de las celulas tienen que reunirse una vez al mes para discutir temas ideológicos, mantener actividades de contactos, repartir la propaganda del grupo y discutir medios para reclutar nuevos miembros, a menudo de forma individual. Dos veces al año, Pierce reunía a cincuenta miembros escogidos de la organización y conducía retiros de formación en su cuartel de Virginia Occidental.
La calidad de la propaganda, la estabilidad económica del grupo, su disciplina interna y coherencia, y su presencia en el mundo real convirtieron a la NA en una entidad a tener en cuenta que lejos de vivir aspirando a miembros de otros grupos era capaz de reclutar directamente de la calle, o incluso de los campus universitarios, y que logró pasar de ser un grupo juvenil en los años setenta a un partido que presumía de tener en sus filas no sólo universitarios, sino profesores, profesionales, jueces y miembros de las clases profesionales en ruptura con la imagen del joven nacionalista violento que representaba a otros grupos.
Material recopilado y reelaborado por equipo de autores.


El IRA: Organización de las Columnas Volantes en tiempos de guerra
Si Venner habla en la teoría, Ordre Nouveau recuerda su práctica, y Mishima se entrena para ayudar al ejército de su país,Tom Barry y el IRA combatieron en una guerra de baja intensidad. Tom Barry fue uno de los oficiales más jóvenes del IRA, jamas colocados al frente de una de sus Columnas Volantes. Mientras que el IRA mantenía una estructura paramilitar de base territorial en que cada brigada o compañía estaba ligada al condado o ciudad en que era reclutada, favoreciendo la coherencia de un grupo que estaba formado por viejos amigos, vecinos y parientes más o menos lejanos, las Columnas Volantes eran unidades reclutadas de
acuerdo a las necesidades del momento, por los jefes de cada condado, dotadas de autonomía y capaces de moverse campo a través a pie o bien motorizadas. Se trataba de unidades irregulares y autosuficientes acostumbradas a vivir sobre el terreno y a expensas del enemigo.

La organización de la Columnas Volantes
Durante largos meses, hasta septiembre de 1920, numerosos oficiales nacionalistas, dispersos a través de toda Irlanda, pensaron en los medios necesarios para asegurar la existencia de una Columna Volante. Por extraño que pueda parecer, para el IRA de Cork Occidental el objetivo que debía primar en toda Columna Volante, en la situación imperante, no era combatir sino seguir existiendo. La misma existencia de esa formación, incluso si no lanzaba ningún ataque, era un desafío constante lanzado contra el enemigo, que le obligaba a mantener guarniciones importantes para prepararse frente a los atentados, comprometiendo su fuerza armada para asegurar la protección de su autoridad civil. Una columna de ese tipo continuamente en movimiento debía afectar seriamente la moral de las guarniciones. Permanecía el símbolo más perfecto de nuestra nación. ¿Acaso no era la Columna Volante del Ejército del Pueblo? La Columna Volante atacaría cada vez que pudiera causar más pérdidas que las que pudiese sufrir. Escogería su propio cambo de batalla, y, cada vez que esto fuera posible, rechazaría el combate si las circunstancias la eran desfavorables. Por el contrario, buscaría al enemigo y presentaría combate sin aceptar siempre, necesariamente, su desafío.

La Columna debía evitar el desastre a toda costa; ciertamente, a veces, por el bien de todo el movimiento, estaría dispuesta a asumir bajas, a condición de que permaneciese una cantidad suficiente de hombres armados y experimentados para crear una nueva unidad.
La Columna Volante tenía por misión permanente el acosar, matar y destruir a las fuerzas enemigas; romper el esfuerzo del ocupante para reconstruir su administración civil, duramente puesta a prueba; guardar y proteger los edificios que albergaban nuestras instituciones estatales, así como las personas que las elaboraban y hacían funcionar. La misión de esa punta de lanza del Ejército del Pueblo era pesada, considerando los efectivos y recursos del enemigo en
relación con nuestra propia debilidad en efectivos, material y experiencia. Una Columna Volante, mal organizada y despreocupada por la seguridad, no habría durado ni una semana sin sufrir un desastre. Sólo los mejores Voluntarios, bien mandados, instruidos y disciplinados, podrían permitir que la Columna realizase su misión.

He aquí los principios en vigor desde la creación de la Columna de Cork Occidental.
1. El mando de la Columna Volante de la Brigada era absoluto. Nadie podía mezclarse con las atribuciones del comandante de la Columna. Sus decisiones eran personales y no se sometían a la aprobación de ninguna autoridad interior o exterior a la Columna. Era el único responsable y en caso de fracaso el único culpable. Nadie podía compartir su autoridad y nadie podía compartir su responsabilidad en caso de desastre.
2. En cada Batallón y cada Compañía de la Brigada, todos los recursos, debían ser puestos a disposición de la Columna Volante. Sin esos elementos organizativos, la eficacia de la Columna Volante sería nula y su existencia reducida.
3. Sólo Voluntarios escogidos serían aceptados para servir en la Columna Volante. Los hombres que no entrasen de corazón constituirían un peligros para la misma. Todos los oficiales de los Batallones y Compañías deberían pasar un periodo al servicio de la Columna, pero sin ser obligados. Sin embargo, cualquier oficial que escapase de ese servicio sería considerado como inepto para permanecer como oficial del IRA.
4. Se señalaría a los nacionalistas que se alistarían como Voluntarios en la Columna Volante la disciplina reinante. Esa disciplina no podría ser sino rigurosa. Se les señalaría también el hecho de que la movilidad era una de sus condiciones esenciales; que tendrían que recorrer largas distancias a pie, que no comerían sino cuando tuvieran víveres, que dormirían al raso sino había ningún alojamiento disponible y, de forma general, que llevarían una vida dura y primitiva. Cada hombre debía saber también que luchaba contra fuerzas superiores y que la Columna estaba continuamente en peligro de destrucción.
5. Los oficiales y jefes de sección eran nombrados por el comandante de la Columna, independientemente del grado que tuviera el Voluntario antes de ser destinado a la misma. Así, un teniente de Compañía podría ser nombrado como jefe de sección y el teniente podría ser juzgado como preferible a un comandante de Batallón.

Guerrillero en Irlanda. Tom Barry

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