No
existen estructúras mágicas que funcionen en todas las
circunstancias y aseguren la supervivencia de una organización,
mucho menos su victoria, pero pero sí distintos tipos de estructuras
de las que pueden aprenderse ejemplos a seguir. La mejor estructura
es aquella que se mejor se ajusta al mundo real que te rodea.
Cuatro textos que propongo discutir
Cuatro textos que propongo discutir
Un
teórico del nacionalismo, Venner; un escritor que llegó tarde a la
política (si es que llegó), Mishima; un grupo de activistas que
pensaban a medida que actuaban, Ordre Nouveau; un grupo legal y sin
embargo celular de Estados Unidos, la National Alliance; y,
finalmente, un guerrillero que tuvo que aprender a organizarse para
no morir en el intento, Tom Barry. Cada uno de ellos cosas que
enseñarnos. No ejemplos a seguir a ciegas pero sí lecciones a
partir de las que tomar nuestras decisiones.
El
teórico nacionalista
Dominique
Venner fue un historiador y escritor francés, y una de las grandes
influencias ignoradas del nacionalismo revolucionario español.
En
ese texto Venner pronostica e indica el camino que seguirán los
grupos nacional revolucionarios franceses de las décadas del sesenta
y el setenta, propone la creación de una organización de combate
monolítica y jerarquizada que agrupe a todos los nacional
revolucionarios, aboga por la especialización del trabajo militante,
y traza sobre todo una línea divisoria entre lo que él llama
nacionales —término que en Francia define a una larga serie de
personalidades independientes más o menos católicas, más o menos
de derechas o incluso de centro, no gaullistas—de los
nacionalistas, término que tal y como él lo emplea se corresponde
al concepto español de nacional revolucionarios. Ese documento es el
plan maestro a partir del que se construiran las alternativas
nacionalistas en Francia durante largo tiempo y dada la influencia
que el nacionalismo revolucionario francés ha tenido en España
pueden encontrarse ecos del mismo en numerosos programas y
alternativas de trabajo propuestas por Nrs españoles que ni
siquieran conocen el mismo.
Fragmentos
En
el origen del combate nacionalista, la dispersión de iniciativas y
la debilidad de los medios iniciales habían concentrado en una
pequeña cantidad de militantes la totalidad de las tareas. Lo que
fue necesario durante una primera etapa se convierte en catastrófico
cuando la organización se desarrolla. Algunos hombres orquesta se
ven aplastados por innumerables actividades, tan necesarias las unas
como las otras. En torno a ellos se adquiere la costumbre de
dejárselo todo.
Por
temor a ver una tarea ejecutada mediocremente por un nuevo titular el
hombre orquesta continua haciéndolo todo él mismo. El espíritu de
iniciativa desaparece y, con el mismo, las ganas de acción.
Militantes valiosos se ven relegados al papel de masa de maniobra;
pierden la fe y el entusiasmo.
En
este estadio artesanal, todo el mundo debe saber de todo y nadie está
a cargo de nada concreto. Las aptitudes personales de los militantes
son ignoradas. El trabajo artesanal conlleva una extraordinaria
perdida de energía y cualidad. Así se ha visto a un excelente
periodista económico, muy conocido en Estados Unidos, encargado de
repartir circulares del OAS en las oficinas de correo. Fue arrestado
en el curso de una de esas operaciones que jóvenes partidarios,
estudiantes, hubieran podido realizar en su lugar, mientras que nadie
podía reemplazarlo en su especialidad allá donde su utilidad
hubiera debido ser evidente. El hombre orquesta desbordado como el
militante inutilizado se unen en un mismo sentimiento de ineficacia y
desagrado. Tanto uno como el otro tienen conciencia de girar en el
vacío. Hay una cantidad suficiente de militantes probados como para
que la organización futura rechace ese trabajo artesanal que
conllevaría su asfixia.
*
* *
División
del trabajo y centralización
La
variedad de las actividades de la Organización, la diversidad de los
medios que debe penetrar, el carácter a la vez visible e invisible
de la lucha, imponen una división del trabajo que debe ir, en
algunos casos, a la compartimentación. Este fraccionamiento por
áreas de actividad, confiadas a responsables probados, se acompaña
lógicamente de un mando único y centralizado en lo alto.
En
el interior de cada área de actividades, la división del trabajo y
la especialización de los miembros deben practicárse igualmente.
Las organizaciones locales deben poder consagrarse con el máximo de
eficacia a la acción, la centralización y la especialización de
las tareas deben permitirlas esa posibilidad. Por tomar un ejemplo,
el de la propaganda, más capaz de facilitar rápidamente un material
adaptado a los grupos que las iniciativas artesanales, impotentes
para luchar contra la propaganda contraria. Para sus militantes, la
organización debe estar presente en todas partes, incluso entre el
enemigo. La presencia de militantes en ciertos mecanismos económicos
o administrativos puede ser de una utilidad infinitamente superior a
su participación como simples maniobras en las actividades de un
grupo de acción. La lucha no es única en sus formas. Es por eso que
la división del trabajo debe ser aplicada igualmente en el escalón
de las organizaciones locales. Los miembros deben de ser elementos
activos del trabajo común, responsables de tareas precisas y no
simples ejecutantes. Bajo estas condiciones se formarán militantes
eficaces, organizadores, cuadros de mando.
Para
una crítica positiva. Dominique
Venner
El
esteta como organizador político-militar
Yukio
Mishima es la antitesis de Venner. Venner fue un político que acabó
en el mundo de la literatura, Mishima un escritor, varias veces sonó
su nombre como posible ganador del Premio Nobel, que entró en algo
parecido a la política. Dos cosas destacan de estos párrafos... la
más evidente, el amor a los uniformes, es sin embargo la menos
importante. La más importante es el hecho de que para entrar en su
grupo hacía falta pasar por una serie de pruebas físicas y un
examen, así como el hecho de que su creador había decidido desde el
mismo principio limitar su número en busca de la excelencia.
Tatenokai
La
sociedad de los escudos que he formado está compuesta por menos de
cien miembros, no dispone de armas y es el ejército más pequeño
del mundo. A pesar de acoger a nuevos miembros todos los años, he
decidido no superar los cien afiliados, pues no deseo mandar a más
de cien hombres. No se les paga nada. Sólo se les proporciona un
uniforme estival y otro invernal, birretes, botas y un uniforme de
combate. Este último es extraordinariamente vistoso y fue diseñado
por Tsukumo Iragashi, el único estilista japonés que creó
uniformes para De Gaulle. La bandera de nuestra Sociedad es simple:
un blasón rojo sobre seda blanca. Yo diseñé personalmente nuestro
emblema, que consiste en un círculo que encierra dos antiguos yelmos
japoneses.
El mismo dibujo aparece en los birretes y en los botones. Para ser
miembro de la sociedad de los Escudos es conveniente ser estudiante
universitario. Ello obedece a una razón bastante obvia: se es joven
y se dispone de tiempo. Quien trabaja no puede concederse
arbitrariamente largos periodos de vacaciones. Para ser admitido en
la Sociedad se requiere además cumplir un mes de ejercicios
militares en un regimiento de infantería del Ejército de Defensa y
luego aprobar un examen.
Una
vez convertido en miembro de la sociedad, se participa en una
asamblea mensual donde se consagra a alguna actividad encomendada a
grupos de diez; al año siguiente se pasa un nuevo periodo de
adiestramiento en el Ejército de Defensa. Actualmente, los miembros
de la Sociedad se están ejercitando para la marcha que se llevará a
cabo sobre la terraza del Teatro Nacional el 3 de noviembre. La
Sociedad de los Escudos es un ejército preparado para intervenir en
cualquier momento. Es imposible prever cuándo entrará en acción.
Tal vez nunca. O tal vez mañana mismo. Hasta ese momento, la
Sociedad de los Escudos no cumplirá ningún otro cometido.
Tateno
kai (La
sociedad del Escudo).Yukio Mishima
Ordre
Nouveau: práctica cotidiana y la militancia juvenil
Ordre nouveau fue un grupo nacional revolucionario francés que transformó en gran parte la estética del nacionalismo revolucionario europeo en la década del setenta. Creado en noviembre de 1969 por un grupo de veteranos del disuelto movimiento Occident, respaldados por la organización universitaria GUD (Grupo Unión y Defensa o Grupo Unión y Derecho según el momento), el grupo enlazó con el nacionalismo francés de entreguerras con la presencia de François Brigneau, con el combate por la Argelia francesa y con los incidentes de Mayo del 68, en los que participó activamente Occident, su antecedente más inmediado. Recien fundado el grupo se le ofreció a Dominique Venner un puesto en su directiva, que este rechazó. ON se caracterizó por su capacidad para la improvisación, tardó meses en tener un local propio—se reunían en una brasseria—, funcionó sin tener prensa durante su primer año y sus primeros cárteles incluyeron el apartado de correos de otro movimiento político, que se lo prestó. Hay sin embargo elementos dignos de ser considerados dentro de su experiencia.
Ordre nouveau fue un grupo nacional revolucionario francés que transformó en gran parte la estética del nacionalismo revolucionario europeo en la década del setenta. Creado en noviembre de 1969 por un grupo de veteranos del disuelto movimiento Occident, respaldados por la organización universitaria GUD (Grupo Unión y Defensa o Grupo Unión y Derecho según el momento), el grupo enlazó con el nacionalismo francés de entreguerras con la presencia de François Brigneau, con el combate por la Argelia francesa y con los incidentes de Mayo del 68, en los que participó activamente Occident, su antecedente más inmediado. Recien fundado el grupo se le ofreció a Dominique Venner un puesto en su directiva, que este rechazó. ON se caracterizó por su capacidad para la improvisación, tardó meses en tener un local propio—se reunían en una brasseria—, funcionó sin tener prensa durante su primer año y sus primeros cárteles incluyeron el apartado de correos de otro movimiento político, que se lo prestó. Hay sin embargo elementos dignos de ser considerados dentro de su experiencia.
Como
estaba organizado Ordre Nouveau
A
pesar de su pretensión de presentarse como un “verdadero”
partido político con la vocación de reunir a adultos, Ordre Nouveau
no puede esconder que es, ante todo, un movimiento juvenil. Los
mayores de 20 años siempre serán excepciones dentro del movimiento.
Su estructura está compuesta por universitarios y, cada vez más, de
estudiantes de instituto. La irrupción de los estudiantes de
instituto en la vida militantes no es específica de ON. El
izquierdismo conoce el mismo fenómeno. A menudo evocada, la simetría
entre extrema izquierda y ON se convierte en algo real. Los
estudiantes que vienen al nacionalismo como reacción contra el
lavado de cerebro marxista tienen pese a todo su marca. Numerosos son
los del 68 que a fin de cuentas, todo considerado, se sienten más
cómodos del lado de la cruz céltica que de la estrella roja. Esos
transfugas traen a ON formulas militantes, formas de ser, un cierto
lenguaje. La influencia de François Duprat hace el resto. Es él
quien introduce en ON la práctica de la autocrítica, con un grado
desconocido hasta entonces entre los nacionalistas. Si frente al
exterior, la propaganda de ON insiste en un cierto tipo de
autoglorificación extrema, los análisis difundidos internamente
carecen de complacencia. El boletín interno del movimiento comenta
en estos términos el mitín del 13 de mayo de 1970. “Es verdad que
la mayor parte de las intervenciones han sido demasiado nostálgicas.
Efectivamente, era poco útil hacer un martirologio durante cuarenta
minutos de los depurados de 1945, lo mismo con los tribunales de
excepción de 1962. Pero hay cosas más graves: algunos excesos
verbales, algunas llamadas a la violencia o incluso al asesinato,
fueron inútiles no tan solo peligrosos. Los oradores eran demasiados
y algunos hablaron demasiado tiempo. El mitín ha sido demasiado
largo (acabo a las 0,30 horas)”.
Igualmente
interesante, esta nota comunica a los jefes de sector tras las
manifestaciones organizadas en diciembre de 1970 en París como
protesta contra la represión de los alzamientos obreros que se
producen en aquel momento en Polonia. Reunidas de boca a oreja, son
un gran éxito: “La manifestación del viernes 19 a reunido
trescientas personas del movimiento, más cien extras. Se puede
estimar en unas setecientas personas las que participaron en la del
lunes 22. Había una proporción demasiado grande de jóvenes en la
manifestación”. Si Occident consideraba la juventud de sus
efectivos como una oportunidad, ON tenía tendencia a sufrirla como
una maldición.
[…/...]
Hasta
junio de 1972, el movimiento permanecerá obstinadamente unido al
principio de colegialidad. Las poderosas personalidades de François
Duprat y Alain Robert dominan la gestión de los asuntos diarios,
pero no se trata de tomar decisiones importantes sin consultar a los
veteranos de la oficina política, François Brigneau et Gabriel
Jeantet (que fue uno de los padrinos de Miterrand para la concesión
de la Francisca). Las tendencias no tienen derecho a existir en ON.
Se discute mucho, se confrontan opiniones, a veces con dureza, pero
la línea general debe aplicarse a todos (entre los comunistas eso se
llama centralismo democrático). Lo monolítico del movimiento y el
cuidado con que afirma su diferencia se traducen con una línea
gráfica de una coherencia extrema. Carteles, folletos, titulares de
la prensa y pancartas se caracterizan por un grafismo peculiar que
será retomado por los movimientos nacional revolucionarios de toda
Europa.
Ratas
negras. Autores varios
El
raro ejemplo norteamericano: National Alliance
Al
contrario que con los otros ejemplos no tenemos muestras de
literatura propia de este grupo acerca de sus métodos organizativos,
sin embargo el único grupo NR estable y digno de estudio, al menos
de forma positiva, de las últimas decadas en Estados Unidos.
Trabajando en el corazón de una cultura cada vez menos europea, NA
estructuró una organización a un tiempo legal y semiclandestina,
que insistía sobre todo en la disciplina interna y, mientras vivió
su líder, funcionó bastante bien entre los años 1974 y el 2002.
Hay muchas cosas que aprender de un ejemplo tan aparentemente exótico
para un partido europeo como puede ser una organización
norteamericana. La primera lección es aprender a madurar. El grupo
nació como grupo juvenil pero se convirtió en partido adulto y
cuando lo hizo cambió en tipo y nombre de sus publicaciones, pasó
de tener un tabloide de grandes titulares y cabecera agresiva a tener
una revista del mismo formato que Time o Newsweek, y realizó la
misma puesta al día en todos sus emblemas, banderas y lemas, sin
cambiar su orientación.
En
la década del sesenta, William Luther Pierce, fundó su propia
organización tras haber pasado por varios grupos folklóricos que
insistían en vivir en la década del treinta, y haber visto de cerca
el fracaso de la vía electoral a traves de su participación en la
campaña de George Wallace, ex-gobernador de Alabama y el candidato
demócrata segregacionista a la presidencia de Estados Unidos. El
grupo existió inicialmente como grupo juvenil, National Youth
Alliance y después como partido político.
Varias
cosas separaron ese grupo de los numerosos grupos similares
aparecidos en Estados Unidos.
Propaganda:
Ante todo la calidad de su propaganda. Después de publicar una
revista formato tabloide, ATTACK!, en la época de la NYA la National
Alliance tuvo una revista de formato mensual, National Vanguard, bien
ilustrada, escrita y revisada por un equipo de universitarios, que
unió artículos cientificos e históricos junto a análisis
políticos, todo con una presentación claramente profesional.
La
National Alliance creo uno de los primeros webs nacionalistas de
Estados Unidos, adoptó todos los nuevos medios de comunicación
apenas aparecieron, compaginándolos con los más tradicionales.
Revistas, flyers, un boletín interno—que se llamó primero Action!
y después, mássobriamente, National Alliance Bulletin—, junto a
juegos para computadora especialmente creados por el grupo.
Pierce
comprendió rápidamente el poder potencia de las nuevas tecnologías
a medida que estar surgían y las adoptó a medida que aparecían. En
una entrevista con una revista juvenil, Barbarian, Pierce declaró:
“Nuestro objetivo es contruir el mejor instrumento educativo que
podamos para alcanzar y educar a nuestro pueblo. Queremos ser capaces
de expresar nuestro mensaje a través de cada medio que podamos
emplear efectivamente y comunicarlo de forma continuada a todo
nuestro pueblo.”
Su
propaganda era a la vez flexible en los medios, dando bastante
autónomia en cuanto a estos a sus responsables regionales y locales
y controlada en cuanto al contenido. Así uno de sus miembros
patrocinó un coche de carreras en competencias locales de Carolina
del Norte, otro colocaba mesas en ferias renacentistas donde vendía
discos que mezclaban música medieval o renacentista con canciones
folk de contenido nacionalista. Y sin embargo existía una disciplina
en el mensaje. William Pierce exigía que todo material de propaganda
le fuera mostrado y fuera aprobado por el partido antes de su
publicación. Eso permitió impedir la aparición de sectas dentro
del grupo central, dio coherencia al trabajo a nivel nacional y
mejoró la imagen del grupo a nivel nacional.
Estabilidad
económica y Presencia en el mundo real: Pierce y NA
crearon una distribuidora de libros a partir de una base central
física real, no un apartado de correos, un enclave de 346 acres en
Virginia Occidental, con almacenes, salas de conferencias, un centro
editorial. Ademàs varias empresas dedicadas a la música juvenil, su
propia marca de ropa y accesorios.
En
el momento de morir Pierce el grupo tenía presencia en treinta
estados y 1500 miembros, lo que puede parece poco para un país del
tamaño de un continente, como es el caso norteamericano, pero supera
a la mayor parte de los grupos similares.
Los
miembros estaban organizados en unidades o, allá donde había muy
pocos, proto-unidades de tipo celular. Los miembros de las celulas
tienen que reunirse una vez al mes para discutir temas ideológicos,
mantener actividades de contactos, repartir la propaganda del grupo y
discutir medios para reclutar nuevos miembros, a menudo de forma
individual. Dos veces al año, Pierce reunía a cincuenta miembros
escogidos de la organización y conducía retiros de formación en su
cuartel de Virginia Occidental.
La
calidad de la propaganda, la estabilidad económica del grupo, su
disciplina interna y coherencia, y su presencia en el mundo real
convirtieron a la NA en una entidad a tener en cuenta que lejos de
vivir aspirando a miembros de otros grupos era capaz de reclutar
directamente de la calle, o incluso de los campus universitarios, y
que logró pasar de ser un grupo juvenil en los años setenta a un
partido que presumía de tener en sus filas no sólo universitarios,
sino profesores, profesionales, jueces y miembros de las clases
profesionales en ruptura con la imagen del joven nacionalista
violento que representaba a otros grupos.
Material
recopilado y reelaborado por equipo de autores.
El
IRA: Organización de las Columnas Volantes en tiempos de guerra
Si
Venner habla en la teoría, Ordre Nouveau recuerda su práctica, y
Mishima se entrena para ayudar al ejército de su país,Tom Barry y
el IRA combatieron en una guerra de baja intensidad. Tom Barry fue
uno de los oficiales más jóvenes del IRA, jamas colocados al frente
de una de sus Columnas Volantes. Mientras que el IRA mantenía una
estructura paramilitar de base territorial en que cada brigada o
compañía estaba ligada al condado o ciudad en que era reclutada,
favoreciendo la coherencia de un grupo que estaba formado por viejos
amigos, vecinos y parientes más o menos lejanos, las Columnas
Volantes eran unidades reclutadas de
acuerdo
a las necesidades del momento, por los jefes de cada condado, dotadas
de autonomía y capaces de moverse campo a través a pie o bien
motorizadas. Se trataba de unidades irregulares y autosuficientes
acostumbradas a vivir sobre el terreno y a expensas del enemigo.
La
organización de la Columnas Volantes
Durante
largos meses, hasta septiembre de 1920, numerosos oficiales
nacionalistas, dispersos a través de toda Irlanda, pensaron en los
medios necesarios para asegurar la existencia de una Columna Volante.
Por extraño que pueda parecer, para el IRA de Cork Occidental el
objetivo que debía primar en toda Columna Volante, en la situación
imperante, no era combatir sino seguir existiendo. La misma
existencia de esa formación, incluso si no lanzaba ningún ataque,
era un desafío constante lanzado contra el enemigo, que le obligaba
a mantener guarniciones importantes para prepararse frente a los
atentados, comprometiendo su fuerza armada para asegurar la
protección de su autoridad civil. Una columna de ese tipo
continuamente en movimiento debía afectar seriamente la moral de las
guarniciones. Permanecía el símbolo más perfecto de nuestra
nación. ¿Acaso no era la Columna Volante del Ejército del Pueblo?
La Columna Volante atacaría cada vez que pudiera causar más
pérdidas que las que pudiese sufrir. Escogería su propio cambo de
batalla, y, cada vez que esto fuera posible, rechazaría el combate
si las circunstancias la eran desfavorables. Por el contrario,
buscaría al enemigo y presentaría combate sin aceptar siempre,
necesariamente, su desafío.
La
Columna debía evitar el desastre a toda costa; ciertamente, a veces,
por el bien de todo el movimiento, estaría dispuesta a asumir bajas,
a condición de que permaneciese una cantidad suficiente de hombres
armados y experimentados para crear una nueva unidad.
La
Columna Volante tenía por misión permanente el acosar, matar y
destruir a las fuerzas enemigas; romper el esfuerzo del ocupante para
reconstruir su administración civil, duramente puesta a prueba;
guardar y proteger los edificios que albergaban nuestras
instituciones estatales, así como las personas que las elaboraban y
hacían funcionar. La misión de esa punta de lanza del Ejército del
Pueblo era pesada, considerando los efectivos y recursos del enemigo
en
relación
con nuestra propia debilidad en efectivos, material y experiencia.
Una Columna Volante, mal organizada y despreocupada por la seguridad,
no habría durado ni una semana sin sufrir un desastre. Sólo los
mejores Voluntarios, bien mandados, instruidos y disciplinados,
podrían permitir que la Columna realizase su misión.
He
aquí los principios en vigor desde la creación de la Columna de
Cork Occidental.
1.
El mando de la Columna Volante de la Brigada era absoluto. Nadie
podía mezclarse con las atribuciones del comandante de la Columna.
Sus decisiones eran personales y no se sometían a la aprobación de
ninguna autoridad interior o exterior a la Columna. Era el único
responsable y en caso de fracaso el único culpable. Nadie podía
compartir su autoridad y nadie podía compartir su responsabilidad en
caso de desastre.
2.
En cada Batallón y cada Compañía de la Brigada, todos los
recursos, debían ser puestos a disposición de la Columna Volante.
Sin esos elementos organizativos, la eficacia de la Columna Volante
sería nula y su existencia reducida.
3.
Sólo Voluntarios escogidos serían aceptados para servir en la
Columna Volante. Los hombres que no entrasen de corazón
constituirían un peligros para la misma. Todos los oficiales de los
Batallones y Compañías deberían pasar un periodo al servicio de la
Columna, pero sin ser obligados. Sin embargo, cualquier oficial que
escapase de ese servicio sería considerado como inepto para
permanecer como oficial del IRA.
4.
Se señalaría a los nacionalistas que se alistarían como
Voluntarios en la Columna Volante la disciplina reinante. Esa
disciplina no podría ser sino rigurosa. Se les señalaría también
el hecho de que la movilidad era una de sus condiciones esenciales;
que tendrían que recorrer largas distancias a pie, que no comerían
sino cuando tuvieran víveres, que dormirían al raso sino había
ningún alojamiento disponible y, de forma general, que llevarían
una vida dura y primitiva. Cada hombre debía saber también que
luchaba contra fuerzas superiores y que la Columna estaba
continuamente en peligro de destrucción.
5.
Los oficiales y jefes de sección eran nombrados por el comandante de
la Columna, independientemente del grado que tuviera el Voluntario
antes de ser destinado a la misma. Así, un teniente de Compañía
podría ser nombrado como jefe de sección y el teniente podría ser
juzgado como preferible a un comandante de Batallón.
Guerrillero
en Irlanda. Tom
Barry
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